viernes, 7 de diciembre de 2007

aperos


APEROS

En un sentido amplio, los aperos de labranza tienen como objetivo fundamental conseguir en el terreno unas condiciones favorables para el crecimiento de las plantas cultivadas.
Según la forma de accionamiento de los aperos se pueden distinguir dos tipos: los no accionados y los accionados.
Aperos no accionados
Arados con volteo
De vertedera
De discos

Arados sin volteo
Subsolador
Escarificador

Gradas
De púas
De discos
Desterronadora

Cultivadores
Rastras
Rodillos

Aperos accionados (por la t.d.f. del tractor)
Fresadoras
Gradas de púas accionadas
Cavadoras
Arados accionados

Subsolador.
Se usan para la preparación y saneamiento del terreno. Están constituidos por brazos verticales que no voltean la tierra, trabajando a una profundidad superior al laboreo normal (pueden llegar hasta los 70 cm incluso más), necesitándose una gran potencia de tracción.
El objetivo del subsolado es facilitar el descenso en profundidad del agua, eliminando encharcamientos y favoreciendo la penetración de las raíces del cultivo. También rompe la suela de labor.
Esta labor interesa realizarla varios meses antes de hacer las plantaciones y con el suelo está relativamente seco.










Subsolador
Escarificador tipo “chisel”
Al igual que los subsoladores se usan en la preparación y saneamiento del terreno, removiendo la tierra pero sin voltearla, aunque son más ligeros y realizan la labor a menor profundidad.
Cuando el suelo es desmenuzable se originan terrones pequeños y tierra fina. Cuando el suelo es plástico se producen terrones de superficie alisada difíciles de romper cuando se secan.
Se aconseja su utilización en suelos friables, aunque también son utilizados en suelos arcillosos secos a pesar de encontrar más dificultades en lo que a su capacidad de penetración se refiere.












Chisel
Arado de vertedera.
Es el apero más extendido en nuestro país para las labores profundas. Realiza la inversión de la capa arable y pulverización de la misma, es decir voltea y mulle el terreno, consiguiendo un aumento de poros, mayor capacidad de almacenamiento de agua y enterrado tanto de restos orgánicos como de parásitos.
La vertedera es el elemento que define el tipo de arado. Es la pieza que eleva, pulveriza con mayor o menor intensidad y voltea un prisma de tierra, que previamente ha sido cortado por la reja. Según su forma pueden ser:
Vertederas helicoidales. La tierra es poco desmenuzada debido a que realizan una acción poco enérgica.
Vertederas cilíndricas. Son mucho más agresivas y desmenuzando y ahuecando mucho la tierra. La banda de tierra cortada tiende a enroscarse como si se tratase de un cilindro.
Vertederas americanas. También llamadas universales, están compuestas de dos zonas diferentes: la primera corresponde al frente, de forma cilíndrica , y la segunda al ala ,con forma alabeada realizando dos trabajos combinados, pulverización y volteo. Ofrecen características de trabajo intermedias a las dos anteriores.
Vertederas clara vía. Ofrecen una superficie de contacto con la banda de tierra muy reducida, lo que disminuye la fuerza de tracción requerida. Son aconsejables en tierras que se adhieren mucho.
Vertederas rómbicas. Con este tipo de vertedera, el borde de la pared del surco no queda el corte recto, sino curvado. Permite una menor distancia entre cuerpos para realizar una labor correcta, sin obstrucciones ni embozamientos; además, posibilita la adaptación de ruedas de gran anchura al surco, evitando la compactación lateral que se realiza en una labor rectangular. Sin embargo, su uso es reducido
De forma general se puede considerar que si la vertedera es corta su acción provoca un desmenuzamiento mayor que si es larga.
Se aconseja su uso cuando el suelo tiene un estado friable, sin bien, en suelos arenosos y francos, pueden trabajar en estado plástico e incluso duro
Actuando sobre diversos elementos los arados de vertedera pueden regularse en:
Anchura.
Profundidad
Corrección de la verticalidad transversal o aplomo
Corrección de la verticalidad longitudinal o talonado.


Vertedera

Arado de discos.
Al igual que los arados de vertedera, voltean la tierra realizando una labor preparatoria de la siembra, aunque los arados de disco realizan un volteo incompleto del suelo y con frecuencia la penetración del arado es insuficiente, lo que obliga a diseñar aperos más pesados.
Aunque también presenta una serie de ventajas frente a los de vertedera:
Debido al giro de los discos se disminuye el rozamiento y, por lo tanto, el desgaste es menor.
Pueden ser utilizados en terrenos pedregosos con menor peligro de rotura.
La fuerza de tracción necesaria es inferior para un mismo tipo de labor, por reducir considerablemente los rozamientos.
Los discos realizan un mullido más perfecto, pues rompen mejor la estructura del suelo, creando una capa de suelo más homogénea en cuanto a contenido y distribución de los poros.
También se pueden realizar diversas regulaciones:
Regulación de la profundidad de trabajo y de la inclinación horizontal.
Regulación de la anchura de trabajo.
Regulación del enganche
Angulo de corte
Angulo de inclinación.




Fresadoras.
También conocidas por rotocultores y por “rotovátor”, aunque éste es el nombre de una marca comercial. Están constituidos por un eje horizontal, provisto de láminas o de dientes de formas muy variadas, que giran en el sentido de avance del tractor y toma la potencia necesaria para su trabajo de la toma de fuerza del tractor, realizando el cambio de dirección del giro mediante un par cónico que acciona un eje paralelo al rotor, al cual transmite por medio de cadenas y piñones o por engranajes.
Tiene una caja de cambios simple que adapta el régimen de la toma de fuerza a la velocidad más adecuada de trabajo de los dientes. El número de éstos, su forma y posición son muy variables dependiendo de las marcas y modelos.
En una sola pasada airean el terreno, lo deshacen en partículas de diversos tamaños y lo mezclan intensamente. Se emplean fundamentalmente en las fincas hortícolas.


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